sábado, 21 de marzo de 2015

Bulimia.


Bulimia. 

     La bulimia nerviosa es un trastorno de la conducta alimentaria que consiste en una falta de control sobre la comida, con una ingesta de grandes cantidades de alimentos en un corto periodo de tiempo, acompañada por conductas compensatorias como consumo excesivo de laxantes o vómitos autoinducidos. El enfermo mantiene estas conductas en secreto, por lo que a veces es difícil que las personas de su entorno detecten el problema.


Causas de la bulimia.

     En el origen de esta enfermedad intervienen factores biológicos, psicológicos y sociales que desvirtúan la visión que el enfermo tiene de sí mismo y responden a un gran temor a engordar. El enfermo de bulimia siempre se ve gordo, aun cuando su peso es normal, pero no puede reprimir sus ansias de comer. Generalmente la bulimia se manifiesta tras haber realizado numerosas dietas dañinas sin control médico. La limitación de los alimentos impuesta por el propio enfermo le lleva a un fuerte estado de ansiedad y a la necesidad patológica de ingerir grandes cantidades de alimentos.


     Hasta el momento se desconoce la vulnerabilidad biológica implicada en el desarrollo de la enfermedad y son más conocidos algunos factores desencadenantes relacionados con el entorno social, las dietas y el temor a las burlas sobre el físico. Muchos de los factores coinciden con los de la anorexia, como los trastornos afectivos surgidos en el seno familiar, el abuso de drogas, la obesidad, la diabetes mellitus, determinados rasgos de la personalidad y las ideas distorsionadas del propio cuerpo.

Síntomas de bulimia.

     Las personas bulímicas con frecuencia están en un peso normal, pero pueden verse a sí mismas con sobrepeso. Debido a que el peso a menudo es normal, es posible que los demás no noten este trastorno alimentario.

    Los síntomas que pueden abarcar son:

  • Ejercicio compulsivo.
  • Consumir repentinamente grandes cantidades de alimentos o comprar grandes cantidades de alimentos que desaparecen de inmediato.
  • Ir al baño de manera regular inmediatamente después de las comidas.
  • Botar empaques de laxantes, pastillas para adelgazar, eméticos (fármacos que causan el vómito) o diuréticos.


Tratamientos de la bulimia.

     Autoayuda

     A veces la bulimia puede ser tratada mediante un programa de autoayuda con la asistencia de un terapeuta. Este tratamiento le permite desarrollar conocimientos que le ayudarán a controlar su bulimia.
Pudiera serle útil llevar un diario con sus hábitos alimentarios y aprender a comer sano y controlar su peso de manera sensata.
     También podrían ser de ayuda los grupos de apoyo.  Podría ser reconfortante hablar con otras personas que han tenido sentimientos y experiencias similares.

     Medicamentos

     Su médico de cabecera puede recetarle medicamentos (por ejemplo, fluoxetina) para tratar la depresión a corto plazo. Los antidepresivos pueden reducir los atracones y las purgas.  No obstante, no hay evidencia clara de que puedan tratar a largo plazo los trastornos alimenticios, por lo que usted necesitará también otro tipo de ayuda.

    Terapias de conversación


     Con frecuencia se usa un tipo de tratamiento de conversación o psicoterapia llamada terapia cognitivo-conductual (CBT, en inglés). La CBT le puede enseñar formas más saludables de pensar en la comida y reconstruir su autoestima. Probablemente usted tendrá de 16 a 20 sesiones a lo largo de cuatro o cinco meses.


Diferencias entre bulimia y anorexia. 


       La principal diferencia entre anorexia y bulimia que se observa está vinculada a la conducta de los pacientes ante el control de su peso. Por un lado, los enfermos de anorexia tienen un comportamiento mucho más controlador ante su objetivo de pérdida de peso, pues todos sus actos se dirigen a analizar y controlar minuciosamente aquello que se ingiere, e incluso pudiendo llegar a no comer nada durante todo el día.

     En cambio, los enfermos de bulimia presentan una conducta más ansiosa y poco controladora, pues llevan un auténtico descontrol en su alimentación diaria, siguiendo regímenes radicales como pasar un día sin comer en combinación con el consumo impulsivo de una gran cantidad de alimentos (atracones). Posteriormente, compensan estos atracones provocándose el vómito o tomando laxantes para, así, deshacerse del sentimiento de culpa y vergüenza que sienten hacia sí mismas.

     Otra de las diferencias que puede detectarse entre una persona con anorexia y otra con bulimia es en el peso corporal. Normalmente, las pacientes con anorexia pesan mucho menos de lo que es su peso ideal, llegando a una situación de delgadez extrema; mientras que las pacientes con bulimia pueden tener un peso normal y engordar y adelgazar de manera muy brusca.




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